sábado, 22 de diciembre de 2012

79

El amarillo ha llegado
como un presagio de añil,
como una calma de reyes sobre la arena.
Me dice que la bese,
entrégame tu lengua
                 tus manos
                 tus párpados
Le entrego mis dientes_mis ojos_mi pelo.
Pactamos un acuerdo mutuo:
mi color preferido será hasta la posteridad
el color de tus brochas.
Si la muerte era esto
me pido la noche contigo,
las horas de suave circunspección
de sangre y niebla,
de oscuros sueños.

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