miércoles, 1 de marzo de 2017

2.49

Tengo la carne macilenta, un plástico que cubre mis facciones.
Tengo cada vez menos pelo, un muro de las lamentaciones.
Trabajo once horas al día, no soy pobre,
soy precario en alegría, tengo un perro que come
dos veces al día. Se llama Truman y es un chucho,
se supone que cada día me late más el corazón,
tanta sangre y tanto músculo y tanta arteria, ¡por favor!
Vivo en la ciudad de la luz, calles empedradas,
escribo en los cafés de las plazas en cuadernos manuscritos,
leo a todas horas, sin motivo, vivo en un hogar desencantado.
Me ha crecido un secreto del tamaño de una sombra vespertina,
un calor, un fuego en la garganta, lloro a ratos en mi piso
cuando nadie me ve, cuando nadie me mira, cuando
nadie me toca.