martes, 17 de junio de 2014

2.32

Nacer. Respirar sin orden cronológico. Agitar los brazos
             mamá lo hacía a croll
             papá lo hacía al estilo mariposa
Hay días en los que me gustaría creer en algo.
Hay noches en las que me gustaría no pensar en ti.
Otro poema nasciturus, desnudo, calvo, sangrante,
a medio hacer.

jueves, 12 de junio de 2014

2.31

Toda la droga del mundo la he tomado esta noche, porque esta noche es San Antonio
y yo vivo en Lisboa por voluntad propia, y siempre he sido pobre pero no esta noche.
por eso me he tomado toda la droga del mundo y he leído a Antonio Muñoz Molina
pero yo lo que quiero es beber vino en la calle y comer sardinas y ser un pArias
Lisboa me ha venido grande, pero Truman me ha venido pequeño, supongo,
hoy me ha devuelto Hacienda los desechos de meses de hambre y preocupaciones desproporcionadas
la sangre no, la sangre es mía, y el teléfono de inmigrante al que sólo llegan mensajitos,
pero nadie me escribe cartas postales y amor en papel y sólo me apetece beber vino,
detesto el vino, sólo quiero beber sardinas y vino, la verbena de San António, la calle, el mundial
He llegado a la triste conclusión de que sólo en estas circunstancias concretas puedo SER FELIZ

miércoles, 11 de junio de 2014

2.30

Francisco, que duerme y duerme y sueña y sueña
Y qué
si el cemento es mimbre, y la mimbre escapa con el viento.
De madrugada todos los perros son Truman, y todos los gatos son Pardos.
De madrugada he comprendido que es mejor no dormir solo,
que a veces vale la pena aguantar al sueño y los párpados y la medicación.
Que a veces basta con volver la vista
                                   cerrar los ojos
                                   oír el temple de los pulmones
como si soplaran el vidrio de esta campana color carne.
La palabra exangüe no ha tenido aún lugar en vuestras conversaciones de desayuno,
en la ciega confianza del despreocupado idioma
las nociones de una fe ajena a la perspicacia de los lebreles,
la coacción de otro tiempo y otra parte y otro ruido en la ciudad sin nombre.
Te has quitado al fin la camiseta: hay doscientos tatuajes potenciales, cicatrices ciegas
de dedos, de carne, de palabras.
Sea como sea hoy puedes respirar: aún hay tiempo para reescribir la Biblia
aún hay tiempo
para volver la vista y soplar el vidrio.
Esta partida es mejor jamás jugarla solo.
La respiración tiene otro ritmo ahora que mides los segundos con cuatro o seis pulmones,
que levantas una oreja y estás alerta a cada coletazo, a cada pesadilla, a cada sueño,
pero es más fácil sobrevivir a todo
JUNTOS.

lunes, 2 de junio de 2014

2.29

La diferencia entre un lunes y un viernes,
todo lo que cabe en un fin de semana,
un despropósito de siglos
abocado a acabar así, raquítico
a las puertas de otro templo.
O puede que fuéramos ciertos,
como la herradura en los cascos,
plásticos como el cartílago,
rígidos como la férula.
Otra excusa, otra historia pospuesta,
otro olvido inenarrable.
Una carrera a fondo por la Historia
sin descanso, otro viaje
al infinito universo,
una magnánima celebración del arrumaco,
otro sueño, otra ficción de siglos, un caballo
desbocado bajo el pecho.
Una tragedia griega,
un bocado a la tajada de sandía,
el chupete que resbala de la cuna,
una pangea de caramelo resquebrajada,
una herida que cicatriza mal.
Un deseo,
un deseo,
un adiós.
Supongo que no fuimos más que eso:
un accidente en el paisaje.