sábado, 17 de noviembre de 2012

71

Una flor.
No hay más.
Tu piel como espinas,
tus dedos como pétalos arranco,
arranco las costuras de este tiempo
de estiércol escarbado en la memoria.
Las uñas y la tierra,
tu regazo,
vienes en un sueño de muerte
y rosas.

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