viernes, 1 de marzo de 2013

97

Hubo un instante
tres décimas de segundo
en que flotamos
como colgados del techo
suspendidos en el aire
retozando sobre el colchón
sobre la gata
sobre el tiempo y el mundo.
Fuimos tan leves y tan altos
que encendíamos el aire con los dedos.
Caímos a plomo
pero recuerda
recuerda
en ese instante
fuimos infinitas
pavesas sin rumbo.

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