sábado, 3 de mayo de 2014

2.27

Se fue el día del fin de la esperanza por el desagüe,
otros más jóvenes que yo loarán el papiro no entregado a los demiurgos.
Otros más jóvenes que yo velarán los cadáveres de Rilke, Lorca y Foster Wallace
y arrojarán sus sombras como cuervos al indispensable mundo editorial neoyorquino.
Entonces quién defenderá la tesis de la excepción,
la tesis de un lenguaje sin desgastar por escuderos traidores a la tinta,
por soldados enamorados de actrices y judías y espías de la Gestapo,
quién defenderá la tesis de la Gran Novela Europea: apátrida, precaria, sucia,
literatura deudora de una guerra subrepticia y ajena a los libros de Historia,
un conflicto que no yace en los libros
un conflicto que no yace  no yace
libros, dijiste, tengo una habitación hecha de libros.

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