lunes, 19 de mayo de 2014

2.28

Te arrancaré el corazón para verlo latir entre las manos.
Me cubriré con tus tripas calientes, hedientas.
Ungiré la piel de mis omóplatos, de mis rodillas
con tu sangre.
Esculpiré en tu calavera un cenicero
y posaré tus dedos, uno a uno.
Para que ya no nos duela,
para que ya no nos dure
el peso del cerebro
a cada paso,
de las venas en las piernas y los brazos
que nos convierten en un sumidero.
A ciencia cierta tus manos,
único cáliz del mundo,
silencio de mis entrañas.
Pero serán tus ojos, sí, tus ojos
el prisma o el caramelo
donde observarme,
porque nada ha sabido plasmar la luz
como tu retina a mi grito mudo.

sábado, 3 de mayo de 2014

2.27

Se fue el día del fin de la esperanza por el desagüe,
otros más jóvenes que yo loarán el papiro no entregado a los demiurgos.
Otros más jóvenes que yo velarán los cadáveres de Rilke, Lorca y Foster Wallace
y arrojarán sus sombras como cuervos al indispensable mundo editorial neoyorquino.
Entonces quién defenderá la tesis de la excepción,
la tesis de un lenguaje sin desgastar por escuderos traidores a la tinta,
por soldados enamorados de actrices y judías y espías de la Gestapo,
quién defenderá la tesis de la Gran Novela Europea: apátrida, precaria, sucia,
literatura deudora de una guerra subrepticia y ajena a los libros de Historia,
un conflicto que no yace en los libros
un conflicto que no yace  no yace
libros, dijiste, tengo una habitación hecha de libros.